Foto: laprensadesantacruz
Se multiplica en los medios de prensa la repercusión que tuvo la repuesta dada por el Jefe de Policía, Comisario General Diego Martín Agüero ante las distintas quejas y denuncias realizadas públicamente en la provincia de Santa Cruz, exponiendo los sueldos indebidos, persecuciones al personal y demás.
Azules de la Provincia de Santa Cruz entrevistó al Jefe de Policía y este se despachó desde la poltrona diciendo: “somos una institución verticalista”, “no podemos permitir la falta de respeto entre nosotros, y mucho menos hacia nuestras autoridades máximas”, exigiendo "respeto" y que "las sanciones ya están en marcha y los procedimientos administrativos se extienden contra quienes, desde redes sociales, exteriorizan malestar ante decisiones internas o políticas públicas del área de seguridad".
¿Por qué resulta reiterativo? Por la propia formación torcida del Jefe que ve el respeto, la justicia y otros valores como subordinados a la disciplina, una disciplina carente de estos principios es una disciplina por sí misma -lo único que la sostiene es la conducta normada- de la que no tiene el absoluto control, pues necesita de la aprobación de los demás para su legitimación. Es decir, es una disciplina, y por ende, una jefatura débil sin personalidad respetable y justa. Lo vimos anteriormente con otros jefes, escasos de estos valores, como de valentía para asumir la responsabilidad de los infames resultados obtenidos al final del mandato. Es un cargo vacío de liderazgo.
En cuanto a antecedentes de disciplinamiento, o forma de normar la conducta en una institución cerrada y verticalista, se encuentra nuestro artículo titulado Bozal a la inteligencia. Resolución Ministerial Nº 039/18.
Fuentes:
