jueves, 30 de julio de 2015

La Indigencia Institucional en la Policía de Santa Cruz

Foto: La Vanguardia del Sur
La definición de la indigencia, que vagamente es la falta de los mínimos recursos para vivir, se trasladó a lo organizacional para entender el trabajo en condiciones precarias, siendo denominada indigencia institucional o institucionalizada.
La causa deviene a múltiples factores, aunque la más superficial y llamativa es la falta de financiación o la financiación deficiente de una institución u organización.-
En la Policía de la Provincia de Santa Cruz las carencias de recursos para su funcionamiento ocurren desde el comienzo de su historia, cuando se inició siendo Policía del Territorio en 1884 en que se decretara Territorios Naciones a Santa Cruz y Tierra del Fuego (Ley nº 1532) y la consecuente incursión conquistadora del desierto ordenada por el Presidente de la Nación Dn. Julio Argentino Roca, quien decretó como Gobernador del Territorio de Santa Cruz al Sargento Mayor Dn. Carlos María Moyano, y este designó a Eduardo Rivadavia como Jefe de Policía (1885).-
La institucionalización del territorio de Santa Cruz venia de la mano de la precariedad a causa de la aceleración histórica para el fortalecimiento de la ocupación de un extenso territorio nacional, el impulso para ganar un espacio en la macro economía mundial y las sumisas relaciones internacionales, principalmente con capitales ingleses.-
Este interés estatal desmedido nos llevó a un altísimo costo histórico como el fusilamiento de obreros (peones en su mayoría), que fue una masacre conocida como Patagonia Rebelde (1920-1921) ocurrida en Santa Cruz, para "cumplir" con los capitales británicos que exportaban carne y lana principalmente. Y el fusilamiento de los obreros (hacheros en su mayoría) en el Chaco Santafesino (1919-1921) para "cumplir" con los capitales británicos de La Forestal.-
Tapa del Libro
Los antecedentes en el Archivo Histórico de nuestra provincia y hasta en la literatura santacruceña (ej.: Libro TRAMAS OCULTAS, relatos costumbristas) nos dan abundantes registros de que han existido en la policía todo tipo de carencias, sean de recursos tangibles (físicos y financieros), intangibles (reputación, tecnología y cultura) y humanos (conocimiento, comunicación y motivación) que de una u otra forma se han ido incorporando o soslayando a lo largo de su historia.-
La inestabilidad en el crecimiento de la institución policial, fue otro factor importante; desde el año 1885, pasando por la provincialización de Santa Cruz (1957) y hasta la fecha. Se debió a distintas causas políticas inherentes al valor que se le ha dado a la policía, sea como pilar de la sociedad o como un mero instrumento para el control social.-
Tenemos variados ejemplos. Con el Gobernador Gregores se profundizó la institucionalización con presencia territorial y se fortalecieron los pueblos santacruceños siendo unas de sus columnas vertebrales la policía y su radio-comunicación. Otro ejemplo, detestable sí, fue la potenciación de la institución durante la última dictadura militar para utilizarla como órgano de control y represión social (se capacitaban policías para integrar grupos de tareas durante el Proceso de Reorganización Nacional). Predominaba el autoritarismo y la impunidad. En ambos periodos la policía se sentía bien paga, bien reconocida, pero sus fines le darían distintos contrastes en el futuro, como un rol policial indefinido, una mixtura del servicio a la comunidad y una disociación con el sentido de pertenencia comunitario.-
Este legado que sinteticé, y la falta de aggiornamiento tras la recuperación de la democracia en el año 1983, ocasionaron la oscilación del rol de la policía en una sociedad democrática. La institución continuó siendo policía con la doctrina de la seguridad nacional, como si estuviera conducida por los militares, mientras negociaba cuestiones "de casa" con el gobernador de turno para mantener el pacto del autogobierno policial y el desgobierno político.-
Hoy un gobernador, en cualquier provincia del país, debe negociar con su Jefe de Policía las posibilidades del "hacer político en la seguridad", cuidándose de no transgredir el tradicionalismo policial protegido por las cúpulas por sobre la mejora en seguridad que se impulse.-
Esto se debe al tipo de diseño del sistema policial tradicional caracterizado por: cerrado, piramidal, verticalista, subculturalizada como una "familia policial", machista, predominantemente narcisista, encolumnada en una cadena de mando que va de lo operativo (base) a lo estratégico-político (cúpula), y con una visión entendida a través de la lógica amigo-enemigo, entre otras aristas.-
Por lo tanto el problema en que se encuentra la policía en Santa Cruz es complejo y profundo. Los factores mencionados son el caldo de cultivo de la indigencia institucional, en donde solo una parte de esta pobreza de la organización tiene que ver con lo económico, pues mucho depende del cambio de paradigma del tipo "policiamiento tradicional" al de "seguridad ciudadana" para que prime la seguridad como el "derecho a los derechos". ¡Que no se pisoteen los derechos de nadie, para hacer cumplir los derechos de los demás. Hacer cumplir la ley, cumpliendo la ley!.-
En el nuevo paradigma está el enclave que impulsará la humanización, la madurez profesional, el acercamiento con el ciudadano, la solidaridad institucional, el despertar de los talentos, el cuidado en el uso de los recursos institucionales, el respeto por el otro, la tolerancia durante la función pública, la búsqueda del mérito, la incansable capacitación, el trabajo en equipo, la disciplina en el trabajo y no al revés, la justa limitación, la entrega a la autocrítica, la espera de la crítica, la integración con lo diferente, etc.-
Mientras, la indigencia institucional lleva al policía por caminos de marginalidad y profundiza su divorcio con la sociedad, la cúpula policial resguarda su autogobierno excusándose con mentiras para justificar su ineficiencia en el servicio, que es uno de los efectos que acarrea este fenómeno social. Se argumentan causas externas al dominio de la institución. En esta batería de falacias se encuentran, entre otras:
  • Una sociedad que incrementa su conflictividad por su naturaleza belicosa.
  • La falta de asignación de recursos humanos y logísticos por parte del gobierno.
  • La existencia de una Asociación Civil Policial y un Consejo del Salario Policial que les genera conflictos.
Sabemos que lo material o cuantificable no hace estrictamente al concepto de indigencia institucional. Pues la entendemos como la falta de los mínimos recursos, tangibles, intangibles y humanos, con los que debe contar una institución para actuar con eficiencia.-
Habiéndome extendido abreviadamente en la causa eficiente del problema que titulamos. Pasamos a detallar, ahora, lo que tradicionalmente hace la policía santacruceña para disimular la indigencia institucional y seguir sobreviviendo en una sociedad demandante. Esto lo hacemos para poder redefinir nuestra realidad como trabajadores policiales.- 
Iremos incorporando nominalmente todos estos procederes, por lo que estamos abiertos a saber: ¿Que hace tu policía para disimular la indigencia institucional?.-

¿Cómo se improvisa contra la indigencia institucional?

  • TANGIBLES (físicos y financieros):
    • Haciendo ferias de empanadas, pollos y otras gastronomías, pro-recaudación de dinero para la dependencia.
    • Solicitando ayudas económicas o financieras a las empresas, estancias, comercios o privados para obtener vales de combustible, artículos de oficina, productos de limpieza, elementos de construcción, reparación de móviles policiales, etc.
    • Realizando policía adicional en empresas o comercios o privados para que el pago del esfuerzo del trabajador policial vaya a un fondo común pro-compra de equipos o reparación de algún patrimonio estatal. (v.g.: custodia de edificios, traslado de caudales con efectivos de guardia y sin asentamiento en registros de adicional, etc.).
    • Organizando tómbolas, rifas, canastas y bingos pro-ayuda de compra de equipos o reparaciones de bienes de patrimonio estatal.
    • Alquilando quinchos, dormitorios o salones de la dependencia pública, o a cargo, para recaudar fondos.
    • Pagando del bolsillo del trabajador policial el combustible, elementos, o proveyendo de vehículos particulares para uso oficial.
  • INTANGIBLES (reputación, tecnología y cultura):
    • Otorgando privilegios de "clientes" a usuarios del servicio público de la seguridad que colaboren como socios o adherentes de una asociación pro-ayuda.
    • Haciendo seguridad selectiva, con recorridas o patrullajes periódicos, a empresas, estancias o privados que colaboren.
    • Manteniendo vigente y aplicando leyes originadas y adoctrinadas durante el Proceso de Reorganización Nacional (dictadura militar).
    • Reduciendo la vigilancia o controles en razón de carencias operacionales.
    • Distanciándose de los grupos barriales o sectores sociales en riesgo.
    • Acumulando expedientes sin resolver por falta de instructores o abogados.
    • Distribuyendo mal los recursos ocasionando acumulación innecesaria en ciertos lugares y carencias en otros.
    • Hiperjerarquizando las estructuras para fortalecer la cadena de mando y el disciplinamiento (ej.: jefe de choferes, jefe turnos, jefe de administrativos, etc.).
    • No difundiendo públicamente la labor policial.
    • Ocupando a vecinos o colaboradores en labores de responsabilidad estatal (ej.: permitiendo el obraje en edificios públicos, etc.)
    • Patrullando y recorriendo las calles en forma aleatoria, no sectorizada, no diagramada, no planeada y fuera del sentido estratégico.
    • Vulnerando los requisitos psico-físicos del "apto policial" para que ingrese mayor cantidad de efectivos.
    • No investigando o haciéndolo superficialmente las denuncias de corrupción u otras faltas.
    • Permitiendo el hacinamiento de los privados de libertad.
    • Entregándole al privado de libertad el dominio de su zona.
  • HUMANOS (conocimiento, comunicación y motivación):
    • Ocupando en tareas de albañilería, plomería, gasista y otros obrajes, a los policías que conozcan el oficio, para ampliar o construir dependencias públicas.
    • Tratando a los trabajadores policiales como responsables del abastecimiento e induciéndolos a que busquen soluciones fuera de las provistas por el estado.
    • No autorizando los cursos de capacitación.
    • Cercenando las licencias médicas o permisos por "razones de servicio".
    • Prohibiendo la crítica constructiva tildándola de "observaciones indebidas al superior".
    • Reclutando solo masculinos en razón de la disponibilidad de tiempo en el trabajo.
    • Trasladando o cambiando de destino en forma inconsulta o inapropiada a la especialidad profesional del trabajador policial.
    • Excediéndose de la jornada laboral limitada sin otorgar franco compensatorio.
    • Imponiendo al trabajador la compra de uniformes y elementos del trabajo.
    • Menospreciando la razón o el conocimiento por la sola subordinación jerárquica.
    • Proveyendo de armamento a quien no está capacitado.
    • Realizando actividades para las cuales no se encuentra capacitado, como:
      • Tomar un patrullero para conducirlo.
      • Ponerse a dirigir el tránsito.
      • Intervenir en la comandancia de un operativo.
      • Responsabilizarse de un curso de capacitación.
      • Custodiar privados de libertad.
      • Asumir la conducción de una jefatura.
    • Postergando los ascensos para no incrementar el presupuesto.
    • Restringiendo la actividad privada del trabajador en horas de franco (v.g. viajes, fiestas, etc.).
    • Ocupando el tiempo de descanso para realizar policía adicional u otros trabajos con los que se permita mejorar el salario.

¿Cómo se naturaliza la indigencia institucional?

  • Felicitando la aceptación de ayudas o dádivas para la dependencia.
  • Publicando la aprobación de la recepción de ayudas o dádivas a través de los medios periodísticos.
  • Haciendo un asado o agasajo a quienes colaboraron o aportaron.
  • Inaugurando las obras o parches edilicios hechos por el personal con aportes extraordinarios.
  • Beneficiando al personal que se dedica a la tarea de captación de ayudas o dádivas u "otros arreglos" o a quienes realizan el obraje (albañilería, etc.) con:
    • pocas o ninguna hora de trabajo en la dependencia.
    • mejor calificación.
    • la promoción de ascensos.
    • permisos o licencias indiscretas.
    • un trato preferencial.
  • Congratulando a los jefes que más desarrollen sus dependencias sin costo al presupuesto policial. 
  • Sancionando, desprotegiendo o desfavoreciendo a quienes se opongan, de alguna u otra forma, con las permisividades con las que se lucra extraordinariamente.
  • Desinteresándose, ocultándose o no investigando los informes o recursos administrativos donde se alerta de estos manejos.
  • Al no controlar o regular la actividad interna y externa de la función policial.
  • No prohibiendo los manejos de fondos o la actividad espuria.
  • No capacitando adecuadamente al trabajador policial.
  • Manteniendo el tradicionalismo del autogobierno policial que carece de controles externos.
  • Continuando sin biblioteca en la Escuela de Policía.
  • Dando policía adicional a quien debe descansar por haber salido de guardia o entrar en ella.

¿Cuáles con las consecuencias de mantener la indigencia institucional?


  • Se favorece el manejo de "cajas negras" o fondos espurios producto de una función policial paralela que no tiene control de nadie, por lo tanto son recursos que pueden ser destinados a cualquier cosa.
  • La policía, en su función paralela, trata y recibe fondos o ayudas de personas que realizan actividad lícita (comerciante, vecino, etc.) o ilícita (narcotraficante, trata de personas, abigeato, infractores a las normas menores, etc.), pues no los controla nadie.
  • Se incrementan los espacios de impunidad administrativa y judicial porque se comparten el producto o el beneficio político-institucional de una gestión que avanza con fondos espurios.
  • Crece la corrupción institucional, intra-institucional y social.
  • Se produce la desigualdad entre ciudadanos para acceder al derecho de recibir seguridad pública, al momento que unos pagan o "colaboran" y otros no.
  • Se produce un estancamiento profesional que impide mejorar la calidad del servicio.
  • Surgen las zonas liberadas, permanentes (ej.: barrios inaccesibles a la capacidad operativa, etc.) o alternadas (ej.: parajes inaccesibles en épocas del año, eventos que superan la capacidad de control momentáneo, etc.).
  • Se abren brechas de impunidad delictiva que superan la capacidad operativa, como el lavado de activo, la trata de personas, la narcocriminalidad del tipo mayorista, la piratería, el delito informático, las "picadas" automovilísticas, la violencia infrafamiliar, etc.
  • Se incrementa la participación delictiva del funcionario policial. Cada vez existen más procesados y condenados sin distinción de jerarquías.
  • Aumenta el uso de la violencia en la actividad policial por falta de recursos (prevención, profesionalismo, equipamiento adecuado, etc.). Cada vez son más los expedientes por Atentado y Resistencia a la Autoridad.
  • Buenos policías se pasan a la actividad privada o a la justicia, porque no toleran la indigencia institucionalizada.
  • Se tergiversan los valores que contiene el servicio a la comunidad, la vocación, la democracia, la humanidad, etc., a causa de que se mutilan en la "formación policial" los sanos valores traídos de casa, siendo reemplazados por los de la sumisión a la cadena de mando, lo que se refuerza durante la carrera policial con mecanismos de sumisión (v.g. taconeo, mobbing, etc.).

¿Cómo se debe actuar contra la indigencia institucional?


  • Trasladando el mando político de la seguridad, de la Jefatura de Policía al Poder Ejecutivo Provincial, para que la Seguridad Policial pase a ser Seguridad Ciudadana.
  • Creando un Ministerio de Seguridad para el mando político y estratégico.
  • Despolicializando la seguridad y democratizarla con la intervención de organizaciones provinciales.
  • Actualizando a derecho los contenidos normativos de la función policial (ej.: derogar normas de la dictadura militar, etc.)
  • Controlando interna y externamente la función policial (ej.: fomentar la supervisión, el sentido autocrítico, crear Asuntos Internos, Defensoría Policial, Comisión Parlamentaria, etc.)
  • Diagnosticando la realidad institucional y situacional (ej.: producir encuestas, estadísticas, análisis, etc.) 
  • Promoviendo la gestión de convenios con entidades para transparentar y controlar aportes extraordinarios.
  • Abrir el espacio universitario a la especialización de la seguridad pública (ej.: crear la carrera de Licenciado en Seguridad Pública, etc.)
  • Capacitando adecuadamente a sus integrantes.
  • Creando espacios de discusión y negociación colectiva del trabajo policial (v.g.: Consejo del Salario Policial, sindicalización policial, etc.)
  • Creando estructuras para el análisis científico de la seguridad pública en la provincia, fuera del control policial (ej.: Observatorio de Seguridad Ciudadana, etc.).
  • Descentralizando la responsabilidad funcional.
  • Descentralizando la asignación de recursos.
  • Mejorando y actualizando el salario.
  • Prohibiendo la aceptación de aportes de dinero o bienes o beneficios que no se encuentren reguladas y convenidas por el estado.
  • Haciendo cumplir la ley. Código Penal: TITULO XI, Delitos Contra la Administración Pública, Capítulo VI, Cohecho, Artículo 259, (dádivas).
  • Prohibiendo todo manejo o injerencia en fondos externos a los provistos por la institución (v.g.: alquiler de quincho, cooperadoras, etc.).
  • Prohibiendo toda realización de tareas que no correspondan al trabajador policial.
  • Investigando las denuncias de irregularidades a través de organismos que no dependan de la misma cadena de mando que se dedica a la actividad espuria.
  • Invirtiendo en todos los recursos, tangibles, intangibles y humanos.