En lo policial, el contenido educativo para el funcionario público encargado de hacer cumplir la ley, debe tener materias que le permitan herramientas de integración en el contexto social y un desarrollo abierto en lo profesional. Siempre, desde la perspectiva de la seguridad ciudadana. Erróneamente, en la actualidad, la Jefatura de Policía se limita al accionar policial para mantener el orden público y la paz social.-
Este concepto reduccionista de la profesión, con el cual se hace seguridad, opera en contra de un sistema securitario integral o despolicializado, como es el de seguridad ciudadana. Por lo tanto el lema de la formación policial santacruceña, "Formar para Servir", continúa carente del necesario contenido de integración social.-
Esta perspectiva acotada deja afuera objetivos más importantes, ya que se debería apuntar a que el policía tienda a conocer la realidad criminal desde un enfoque no normativo.-
El reduccionismo metodológico propio de la enseñanza que se viene impartiendo en la Escuela de Policía, limita el análisis criminológico a la denominada ideología del Positivismo Biológico, mediante el estudio exclusivo de autores tales como Lombroso, Garófalo y Ferri, quienes entendían a la criminalidad como una patología o anormalidad basada, pura y exclusivamente, en causa biológica, psicológicas y/o a factores sociales.-
Postura tradicionalista que devela “ab initio” (desde los primeros principios) que se han concentrado en una “muestra mentirosa” que no dice nada con respecto a la criminalidad real, sino que se ha concentrado sobre un sector social vulnerable, pues en definitiva los sujetos observados, son el resultado de una selección que solo arroja sus redes sobre los más desfavorecidos del sistema. Se hace seguridad con el perfil criminológico del manggiamiento, portación de rostro y/o etiquetamiento o criminalidad selectiva.-
Incluso los objetivos de materias de Derecho Penal y Seguridad Ciudadana, no deberían acotarse a obligaciones y facultades como auxiliares de justicia, sino ampliar los horizontes por fuera de un sistema securitario policializado. Para que el policía comprenda su labor más allá del “ius puniendi” (facultad sancionatoria) o minimizarlo en este estadio de inflacionismo penal.-
Estas características, típicas del concepto tradicionalista policial, encubren aquella vieja costumbre repugnante al "Derecho Penal de Hecho". Tratando de forzar las normas para ajustarlas a los hechos y no observar los hechos a través de las normas.-
Es por esto, que entendemos que la formación académica de un Policía debe contener, como mínimo, materias sobre:
- Seguridad y Seguridad Pública.
- La Agencia Policial, como parte del sistema de seguridad pública.
- El Control Social.
- Conflictos Sociales y Diversidad Cultural.
- Derecho Penal, principios básicos.
- Principios básicos de Transito y Accidentología Vial.
- Investigación Criminal.
- Georreferenciación.
- Derecho Administrativo.
- Derechos Humanos y Garantías Constitucionales.
- La Institución Policial Santacruceña.
- Ejecución de la Pena.
- El Sistema Anti-siniestro.
- La Escena del Crimen.
- Derecho Procesal Penal.
- Empleo y Uso de Armamentos No Letales.
- Empleo y Uso de Armamentos Letales.
- Instrucción en Métodos de Reducción.
- La Tradición Policial.
- Introducción a la Informática.
Agregamos un archivo que amplía el contenido de los títulos enumerados para mayor información.-