La exposición de la Licenciada Mónica Patricia Bersanelli, titulado EL ACOSO SEXUAL COMO PRÁCTICA SILENCIADA DE PODER EN LAS FUERZAS DE SEGURIDAD, fui incluido en el "Libro Hostigamiento Psicológico Laboral e Institucional en Iberoamérica" (.pdf); trata sobre un tipo común que es la violencia sexual contra la mujer en la policía santacruceña.-
La autora se presenta en búsqueda de un objetivo general que es el de visibilizar el acoso sexual en las mujeres trabajadoras en la Policía de Santa Cruz como práctica naturalizada y silenciada.-
Para la recopilación de datos testimoniales, trabajó con mujeres tanto en grupos focales como individuales, llevando un registro de éstas en cuadernos de bitácora y grabaciones, en el período correspondiente desde el mes de marzo del año 2011 al mes de marzo del año 2012 inclusive.-
Entre las variadas frases-testigo que contiene el estudio, extraemos:
- “A las cadetes cada 25 días las obligan a realizarse el evatest ¿a vos te parece? Encima si lo tienen que comprar ellas y les pagan cada cuatro o cinco meses con suerte”. (Testimonio de la víctima “S”)
- “Vos ya lo sabés, pero no te queda otra....viene el jefe y te ordena que le arregles el sillón, ya sabés que lo único que quiere es mirarte el c...., es humillante pero sino lo hacés, siempre tiene una excusa para sumariarte o darte más horas” (Testimonio de la víctima “M”)
En su portal del facebook compartió la noticia, como así un link para descargar el libro. Particularmente agradeció a las mujeres integrantes de la Policía de Santa Cruz que fueron las impulsoras sociales de esta investigación.-
Este blog extrajo las páginas 109 a 120 del libro, donde publicaron su ponencia. Asimismo pueden descargar el material completo al final.-
EL ACOSO SEXUAL COMO PRÁCTICA SILENCIADA DE PODER EN LAS FUERZAS DE SEGURIDAD
Por Mónica Patricia Bersanelli
Resumen
En ésta ponencia trato de visibilizar cómo la
práctica del acoso sexual en las fuerzas de seguridad está íntimamente
vinculada con las prácticas androcéntricas y patriarcales, enmascarada, y
transfigurada en asimetrías de poder (que subyace en la sociedad en general),
y en ésta situación en particular, la utilización de la jerarquía –lo
instituido– que impacta en cada mujer.-
Dispongo deconstruir las prácticas para propender a
la construcción y/ o reconstrucción de un nuevo escenario. En esta deconstrucción,
queda a la superficie lo instituyente, que colisiona en instituciones
verticalistas.-
El objetivo general del presente trabajo es el
de Visibilizar el acoso sexual en las mujeres trabajadoras en la Policía
de Santa Cruz como práctica naturalizada y silenciada, gravitados en
indagar el impacto intrasubjetivo de éstas prácticas ilegales en las
mujeres para propender a Demandar políticas de reconocimiento y prácticas
de igualdad, equidad y respeto en la diversidad en el marco de los
Derechos Humanos para todos los/as ciudadanos/as, principalmente para nuestra
población objeto. La metodología empleada fue cualicuantitativa.-
Para la recopilación de datos testimoniales,
trabajé con mujeres tanto en grupos focales como individuales, llevando un
registro de éstas en cuadernos de bitácora y grabaciones, en el período
correspondiente desde el mes de marzo del año 2011 al mes de marzo del año
2012 inclusive.-
Obtengo, de ésta forma, visibilizar este
entramado en que las mujeres dentro de las fuerzas de seguridad hoy se
encuentran en un territorio de disputas atravesado por tensiones que
colisiona en su dignidad y libertad, propongo intervenir de manera
transversal en el marco de los derechos humanos y operar de ésta forma en
la apropiación de éstos con la finalidad de acceso a los recursos en igualdad
de condiciones, fragmentando y extinguiendo las inequidades aún
existentes.-
Introducción
La policía de la provincia de Santa Cruz data del
año 1878, cuando era una colonia pastoril. A lo largo del tiempo pasando
por territorio y luego a provincia, fueron modificándose varias veces las
normativas legales y en la actualidad se rige por la ley provincial N° 746
(Ley del Personal Policial) cuya sanción es del 14 de marzo de 1972, una ley
concebida en un período de ausencia democrática y el espíritu de ésta está
basado en un régimen militarizado.-
Si bien ingresan algunas mujeres en el año
1954 con limitaciones, es en el año 1.999 cuando se incorporan
masivamente las mujeres a las fuerzas de seguridad, siendo en la
actualidad el 21% del padrón activo.-
La Secretaría de Estado de Derechos Humanos de la
provincia de Santa Cruz, en el año 2006 junto a la Universidad Nacional de
la Patagonia Austral y la Jefatura de la Policía, firma un convenio marco por
el cual se capacitará en Introducción a Los Derechos Humanos a los oficiales en
ascenso.-
A partir del año 2010 se introdujeron en la
planificación problemáticas sociales articuladas a los Derechos Humanos,
tales como violencia intrafamiliar, de género, trata de personas con fines de
explotación sexual, laboral y tráfico de órganos, abuso sexual infantil,
entre otras. Se articuló lo teórico con técnicas psicodramáticas y
estudios de caso, lo que permitió un mayor enriquecimiento de teoría y
práctica, construyendo un intercambio vincular entre alumnos/as y
profesora, emergiendo lo latente: estereotipos de género exacerbados,
prejuicios y mitos.-
“te discriminas según los estereotipos de género: si sos rubia, alta, linda y lindo cuerpo, entrás seguro”. (Testimonio de la víctima “N”)“A las cadetes cada 25 días las obligan a realizarse el evatest ¿ a vos te parece? Encima si lo tienen que comprar ellas y les pagan cada cuatro o cinco meses con suerte”. (Testimonio de la víctima “S”)
De este modo, fue posible observar las prácticas
sociales misóginas y delictuales, como el acoso sexual hacia las mujeres,
develando relaciones de poder asimétricas amparados en la jerarquía,
mediante el control, la disposición y utilización de sus cuerpos sexuados,
conformando conflictos intrasubjetivos entre las mujeres, creando un
ambiente hostil que afecta al libre desenvolvimiento profesional de éstas,
en clara discriminación.-
“¿A quién le contás?, estás tan loca que pensás que
tu compañera le va a decir al jefe...¡no sabés que hacer!” (Testimonio de
la víctima “P”)
“Y, no te queda otra que hacerte la tonta, callarte
la boca, porque ¿Quién te ayuda?” (Testimonio de la víctima “V”)
A través de las dramatizaciones, se observa que
tras el uniforme y la jerarquía esos cuerpos sexuados se manifestaban. En
las dinámicas grupales y en el intercambio de roles, lo implícito comenzaba a
emerger. Comenzaban los cuerpos a revelar secretos, develando verdades
ahogadas, reprimidas, silenciadas.-
Parten desde aquí mis inquietudes que se plasmaron
en esta investigación.
Recopilación de datos
Para los testimonios, se trabajó con mujeres tanto
en grupos focales como individuales, llevando un registro de éstas en
cuadernos de bitácora como grabaciones, en el período correspondiente
desde el año 2011 al 2012 inclusive.-
Asimismo, se grabaron las dramatizaciones y sobre
ellas se trabajó.
Se dividió en tres grandes grupos (total
encuestado: 280 mujeres) (30%).
• alumnas de 1°; 2° y 3° año, denominadas
“cadetes”, dependientes de la escuela de policía. (edades: de 21 a 23
años)
• Sub – oficiales mujeres. De 24 a 36 años
• Oficiales mujeres.
Observación: a partir de trabajar analíticamente
con las grabaciones, en un primer momento afloraba la risa en las mujeres
que interactuaron y luego cuando se requirió un encuadre objetivo,
pudieron –en su mayoría– realizar un análisis del mismo. Existieron
significativamente episodios ambivalentes: risa, angustia y llanto. A partir de
estos pasajes emocionales intensos, surgieron los relatos vivenciales.
Emergente: se había programado exponer en esta
ponencia las problemáticas vertidas oralmente. Debido al miedo por el
conocimiento de la voz, las víctimas desistieron de la actitud. Amerita
informar que a la fecha no existen mujeres comisarias ni comisaría de la
Mujer.-
Marco Teórico
Cuando abordamos problemáticas sociales donde se
entrecruzan e interponen diferentes situaciones individuales, grupales y
colectivas, requieren ser emprendidas por distintas disciplinas, de esta forma
resulta imprescindible desarrollar y consolidar un abordaje integral. La
integralidad está directamente atravesada por las interdisciplinas tanto
en los problemas que se presentan como en la forma de intervenir en ellos para
su transformación, y los obstáculos epistemológicos son parte de esta
realidad compleja a dilucidar.-
Por ello, abordaré la problemática desde la
psicología social, la teoría del vínculo, y la categoría de análisis de
género, con focalización en una de las tipologías de las violencias como
lo es el acoso sexual.-
Pichón Riviére plantea desde el comienzo la
necesidad de complementar la investigación psicoanalítica con la investigación
social, que orienta en una triple dirección: sociodinámica e institucional.
Se aproxima al hombre concibiéndolo en una sola dimensión, la humana, pero
al mismo tiempo concibe a la persona como una totalidad integrada por tres
dimensiones: la mente, el cuerpo y el mundo exterior que integra
dialécticamente, así denominamos al sujeto bio, Psico, social.-
La teoría del vínculo es la mínima unidad de
análisis de la psicología social, siendo el objeto del mismo el vínculo
que un sujeto pueda establecer con otro sujeto, su estructura social y
configuración del mundo interno del (Riviére, 1985). Su indagación se
centra en la interacción, en tanto aprendizaje y conducta. Es, en el
encuentro con el otro que me reconozco y desconozco. Por eso nunca existe
un tipo único de vínculo sino que las relaciones que el sujeto establece con el
mundo son mixtas, en la medida en que siempre emplea en forma simultánea
diferentes estructuras vinculares (Riviére, 1985). De esta forma, el SUJETO se inscribe
en tanto producido y productor, emergente de una trama de relaciones,
forjado en una relación dialéctica entre la necesidad y la satisfacción, y
el vínculo como estructura compleja a cuatro vías, que incluye un sujeto,
un objeto, su mutua interrelación a través de procesos de comunicación y
aprendizaje.-
Ahora bien, ¿qué obstáculos observamos en estas
modalidades vinculares, en esta escena dramática en la cual la participación de
las mujeres en nuevos contextos laborales, colisiona con el nuevo
paradigma de inclusión, redistribución participativa y colectiva en ámbitos
innovadores que coexisten con prácticas históricamente tradicionales de
los hombres?.-
En este devenir “el reciclaje de la subordinación
se realiza a través no sólo de su circulación desventajosa (particular
circuito en que se retroalimenta la discriminación y la desigualdad”
(Fernández, 1993), sino especialmente a través del control de las
subjetividades, estableciéndose formas de tutelaje invisibles y eficaces:
el secreto las atraviesa: violarlo es autocondenarse al ostracismo; aunque se
estén jugando sus emociones y sus vidas, disciplinadas a través del cuerpo
y convirtiéndolas en meros objetos.
El género como categoría de análisis
“Ni siquiera mujeres nos dicen, nos llaman
‘brigada’....somos invisibles, somos una cosa que acompaña a ellos, una
sombra sin nombre, sólo el que ellos han elegido...” (Testimonio de la
víctima “L”)
El concepto de género, entendemos que es una
construcción cultural. Si bien en sus inicios nos referíamos a mujer –
varón, asociado a lo “femenino” y lo “masculino”, de alguna manera reforzábamos
subliminalmente la concepción binaria, atravesada por la mirada
androcéntrica. Hoy, en tanto construcción cultural existen modalidades que
enriquecen al concepto primigenio: nos referimos a las comunidades LGTTBI
(lesbianas, gay, transgénero; transexuales bisexuales; Intergénero).-
Desde el punto de vista teórico, las diferencias de
género no deberían implicar desigualdades. Sin embargo, en la realidad
ocurre lo inverso: varones y mujeres no tienen las mismas posibilidades de
acceder a bienes, recursos, posiciones sociales e igualdad jurídica. Los
atributos y roles asignados al varón son más valorizados, tienen mayor
prestigio y su poder encubierto justificado a través de prácticas
ideológicas, ontológicas, culturales, políticas, económicas, sociales, legales
¿pero legítimas?.-
Las prácticas en las fuerzas de seguridad
El mejor reflejo de las relaciones de poder y los
valores dominantes en una sociedad, son las normas legales que las rigen,
y cuando me refiero a legal, implico normas sociales preestablecidas
implícitamente y avaladas por instituciones o instancias que poseen la
capacidad de mando y/o poder, a las cuales deben atenerse todas las
personas que integran un colectivo determinado.-
La institución hoy puesta en cuestión – fuerzas de
seguridad – cuenta con ese poder para quienes integran ese colectivo
cumplan con las disposiciones en las relaciones vinculares asimétricas
justificada por la jerarquía y la división sexual del trabajo.-
Cuerpos develados
El acoso sexual en las fuerzas de seguridad la
gramática de los cuerpos tiene una significativa incidencia en su constitución
como sujetos, el soporte corporal instituye sus identidades e informa
sobre los atributos de sus integrantes. Por ende, la “intervención” de los
cuerpos por parte de sus perpetradores se inscribe en un dispositivo
disciplinario asociado al poder de dominación y la erotización de éste:
desde la pertenencia de “ese” cuerpo, al que puedo controlar y apropiarme,
subsumirlo, cosificarlo, manipularlo y subordinarlo.-
“Ante el acoso sexual de los superiores, tenés dos
caminos: si te ‘animás’ a denunciar, ¿quién te toma la denuncia?: el
servicio social de la fuerza que son los/as profesionales que te dicen
‘deja, ya pasó’; ‘mirá que te vas a comer un sumario’; ‘¿y vos porqué lo
provocaste?’, ‘sabés que esto queda en la nada, nena’. Te desmoralizás, te
sentís culpable, y si vas a un psicólogo/a, ya estás ‘loca’, y aparte todo
lo que hablas lo sabe toda la fuerza, decime cómo, ¿y el secreto
profesional?” (Testimonio de la víctima “K”)
Para que exista acoso sexual deben integrarse tres
elementos: un comportamiento de carácter sexual; que no sea deseado y que la
víctima lo perciba como un condicionante hostil para su trabajo,
convirtiéndolo en algo humillante.-
“Vos ya lo sabés, pero no te queda otra....viene el
jefe y te ordena que le arregles el sillón, ya sabés que lo único que
quiere es mirarte el c...., es humillante pero sino lo hacés, siempre
tiene una excusa para sumariarte o darte más horas” (Testimonio de la
víctima “M”)
“Yo tengo mi compañero de patrulla que me dice, no
te hagas problemas, ya va a pasar, pero cuando puede se hace el p.......y
me pone la mano en la pierna ¡a mí me vuelve loca!! Y cómo es varón y
tiene más rango, ¿A quién le cuento?” (Testimonio de la víctima “R”)
“A mi jefe la vez que le dije que no me toque
–porque el desgraciado me tocaba la cola– me mandó de castigo diez días de
consigna muerta de frío.”(Testimonio de la víctima “J”)
Debemos tener presente que el acoso sexual es
multidireccional, y en el trabajo es considerado como una de las variables
de la violencia de género que se manifiesta en nuestras sociedades, las
mujeres en las fuerzas de seguridad lo sufren y lo silencian por la necesidad
de conservar el trabajo. Aprisionadas en la ambivalencia entre la
plasticidad, la resiliencia y la colisión en su mundo interno, ¿lo
denuncia o lo silencio?, la imprevisibilidad e incertidumbre las atraviesa,
impacta en sus subjetividades, fragmentándolas.-
Estos predadores sexuales saben perfectamente cuál
es su objetivo: en sus lógicas misóginas, consideran a las mujeres objetos
intrusivos en un campo que por años fue hábitat de varones, así utilizan
modos perversos para denigrarlas, utilizando prácticas delictuales, en un
plano de desigualdad y discriminación reforzado por su jerarquía. Estas
prácticas mantienen y sostienen un sistema de dominación y silencio
opresor en ellas.-
Retomando a Rita Segato: “La dominación sexual
tiene también como rasgo conjugar el control no solamente físico sino
también moral de la víctima y sus asociados. La reducción moral es un
requisito para que la dominación se consume y la sexualidad, en el mundo
que conocemos, está impregnada de moralidad” (Segato, 2003).-
“El otro camino, es ir directamente a jefatura,
allí te piden una nota para solicitar una entrevista con el superior
explicando el motivo... ya estás lista”(Testimonio de la víctima “G”)
“Todo está conjugado para que termine la denuncia
en la misma fuerza, luego viene el castigo, que puede ser desde sumariarte
por violar el ‘secreto corporativo’, ser hazmerreir de todos, que te digan
al pasar ‘buchona’; ‘ortiva’, dejarte papeles en tu escritorio con un dibujo de
una persona ahorcada y la leyenda ‘así vas a terminar si seguís hablando’;
dejarte de lado, ponerte de consigna y nadie te reemplaza, entonces en vez
de cuatro horas te quedás ocho muerta de frío afuera de la casa, o hasta el
traslado compulsivo a otra localidad... es humillante y ¡olvidate de
ascender! Aunque no te sumarien, ya quedaste ‘marcada’. (Testimonio de la
víctima “M”)
Subjetividades fragmentadas
Luego de la escucha de estos testimonios, me remito
a un concepto de la Dra. Marie France Hirigoyen, “dudar de la propia salud
mental ya es bastante agotador, y si además se agrava con la conducta
inconsciente de los colegas y los testigos que se comportan como si no
hubiese ocurrido nada o que, por el contrario dan a entender que algo
habrás hecho para que te traten así, es insoportable. Es evidente que las
personas se descompensan de un modo u otro.”(Hirigoyen, 2001).
“La cabeza te explota, ¡no sabés que hacer! si te
tomás carpeta es motivo de ‘mancha’ en el legajo. Entonces no te queda
otra que ir a tu trabajo, pero vas sin ganas, como si llevaras una mochila
y tenés que agachar la cabeza y seguir trabajando, aunque por dentro
sientas todo roto”. (Testimonio de la víctima “S”)
“Y en tu casa te preguntan, ¿qué te pasa? Y yo digo
‘nada’ tuvimos mucho trabajo, vergüenza me da decirle a mi pareja lo que
me está pasando”, tenés que pegarte en la cara una sonrisa para que nadie
se dé cuenta, quedás desbastada, te sentís que estás caminando en medio de
un terremoto... (Testimonio de la víctima “Y”)
Es, en este entramado que las mujeres dentro de las
fuerzas de seguridad hoy se encuentran en un territorio de disputas atravesado
por tensiones que colisiona en su dignidad y libertad, interfiere en su sentir,
pensar y hacer, llegando a preguntarse la pérdida del sentido de la
profesión que han elegido por convicción y hoy conviven con
cotidianeidades como la que hemos presentado, preguntándose y
preguntándonos ¿hasta cuándo?
Conclusión
“La propuesta señala que el piso de protección
social se presenta como un elemento indispensable para incluir y a la
inclusión y a la superación de las desigualdades, y que los pisos de protección
nacionales las desigualdades de género deben ser abordadas de manera integral y
transversal. Para que se cumpla de forma eficaz este objetivo, debe
articularse desde el enfoque del pleno ejercicio de los derechos y sobre
un diagnostico crítico de cuáles son las causas y los factores estructurales de
dichas desigualdades y exclusiones sociales, especialmente las derivadas
de las relaciones de género.-
[...] se trata de construir una nueva concepción de
inclusión social, más inclusiva e igualitaria, a partir de lo que se tiene
para ir ampliando las garantías tanto de manera horizontal (es decir, a
más personas) como verticalmente (garantizando más beneficios). El piso de
protección social es un punto de partida para construir escenarios más
propicios para la inclusión de derechos.”(Torada, Larraiz, Lexzarteza,
2012).
Resulta imperativo operar de manera transversal en
el marco de los Derechos Humanos. Incorporar esta mirada implica necesariamente
ocuparse de inequidades en la apropiación de los derechos y en acceso a
los recursos en igualdad de condiciones, aplicar los tratados, pactos y
convenciones internacionales que hemos adherido a partir de 1.994
ratificados por la Argentina para el ejercicio de una ciudadanía plena
ampliando y fortaleciendo un sistema democrático participativo, de inclusión
igualitaria y colectiva.-
De ésta forma se fragmentará el discurso único de
sesgo patriarcal, androcéntrico misógino y colonialista, otorgando en la
práctica concreta y real, la construcción de estos nuevos escenarios para
que las mujeres habiten los espacios en las fuerzas en igualdad de
condiciones y pleno ejercicio y goce de derechos y las libertades
fundamentales en todas las esferas en que las personas interactúan.-